viernes, 21 de enero de 2011
Ramas y niebla
Depende de la densidad, de la luz existente, incluso del momento del año, pero, a veces, tanto las ramas como la niebla dificultan ver qué hay más allá, al final de la calle, al otro lado del parque, al cruzar el puente o, incluso, en la habitación de al lado.
En ocasiones, allí donde se intuye la penumbra es, precisamente, de donde emana una luz sorprendente, que indica que ese puente no marca ningún límite hacia la nada, sino que une calles de luces blancas con las de luces anaranjadas, que sirve de paso entre la niebla para aquellos que encontramos el descanso y la tranquilidad al otro lado.
Quizá hay un leve ápice de inspiración en noches en las que las ramas sin hojas, que esperan su poda pacientemente, dan un mayor interés a lo que ocultan.
Dicen que ahora vuelve el frío, cambiaremos de nuevo la niebla por las heladas. Habrá que guarecerse al calor de una buena imagen.
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Me encanta este nuevo proyecto que lleváis entre manos, chicos. Algo de arte en las fotografías, un poco de poesía en las palabras y tenemos un lugar que nos acerca un paso más al horizonte.
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